Iraida Soler nació en Altamira de Cáceres en 1934. Ella es
una de las personas a quienes les serán entregados los materiales para
construir su propia casa; la comunidad decidió que ella la necesita y la
merece, pues la última en la que vivió se fracturó y derrumbó parcialmente a
causa de los movimientos de la falla que atraviesa toda la carretera hacia
Calderas. Yaya (como le dicen sus familiares y allegados) habitó en esa casa
durante 45 años, desde 1966 hasta 2011.
Ella ha vivido toda su vida en El Cañito, sector a las
afueras del casco urbano de Altamira. Nunca le ha faltado la atención de su
familia, pero jamás un Gobierno le había dado la oportunidad de construir su
propia casa, así que fueron 81 años de
espera que acaban de concluir.
Apenas le dijeron que le iban a entregar esos materiales
cogió unas herramientas de trabajo y se puso ella misma a replantear el
terreno. Para los que digan que el altamireño es flojo aquí tienen el ejemplo
de esta guerrera, que a su edad todavía tiene gasolina para entrarle a la
construcción.
Cuando la casa se comenzó a derrumbar, el Viernes Santo de
2011, uno de sus hijos se se la llevó a vivir con él a Barinitas. Pero no se
acostumbró nunca a estar allí, el amor por su terruño natal era demasiado
fuerte. “Hasta el agua para tomar me la tenían que llevar de Altamira, hasta el
agua la extrañaba”, dice la señora Yaya.
Recuerda cómo era su sector cuando ella era niña: “Había
muchas casas y una capilla en este sector llamado El Bizcochito. Las casas las
fueron abandonando y se fueron cayendo. Por ahí todavía quedan las de Ramón
González y la de Oswaldo Jerez, el dueño era Gilberto Ávila”.
Se refiere la señora a un viejo caserón ubicado en el sector
Potrerito, que es probablemente la casa de bahareque más antigua de Altamira:
le han calculado más de 300 años de antigüedad y todavía conserva algunas de
sus paredes originales.
La nueva casa de Iraida Soler será construida al lado de la
de su hijo Félix, en El Campito, así que ya tendrá dónde recibir a su familia y
amigos, y dónde practicar algo de lo que sabe mucho: “Me voy a dedicar a
sembrar muchas maticas de remedios y flores”.
Publicado en el periódico comunal Piedemonte. Septiembre de 2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario